Las buenas compañías

Una vez, dos niños jugaban alegremente por el campo, hasta que de pronto, se detuvieron junto a una planta espinosa.
Uno de ellos se acercó y dijo:
- “Oye, mira aquella bella Rosa.
- “¿Acaso estás ciego?” - Dijo su compañero - “No es una Rosa, es un Cardo.
- “Pero tiene olor a Rosa.” - insistió el primer Niño.
- “Es porque durante un tiempo, estuvo a lado de una Rosa.” - Respondió su compañero. - “¿Sabes?, tienes razón.
- "Observa, tengo un cardo a cambio de un Rosal.” - Volvió añadir el primer niño.
Su compañero razonó y dijo:
- “No te preocupes. Hasta un Cardo se perfuma de una buena compañía.